jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Soy más libre si controlo mis emociones?

Siempre que tomamos una decisión es porque algo nos incita ha hacerlo, a decantarnos por una cosa, y en estas decisiones suelen influir mucho los sentimientos y los gustos, así que me pregunto: ¿soy más libre si controlo mis emociones?
Técnicamente sí, si controlamos esas emociones seremos más libres a la hora de actuar y decidir, al no estar condicionados por las emociones, pero este control resulta bastante difícil.
La definición exacta de las emociones es que son reacciones psicofisiológicas, que representan modos de adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo.
Nuestras emociones determinan que estemos felices, tristes, angustiados… y en ese momento ya nos están condicionando, pero si las controlásemos podríamos pasar de tristes a felices, y una forma de conseguirlo es con las afirmaciones positivas, pensamiento positivo que escoges conscientemente para introducirlo en tu conciencia y así producir los resultados que deseas. Si tú te convences de una idea y te la acabas creyendo ocurrirá.
Algo a lo que tienden mucho las personas y que si lo pensamos no tiene lógica, es a hundirse en la tristeza. Por ejemplo, cuando caes a un hoyo tú no tiendes a cavar más y más, sino que quieres salir rápidamente, ¿pero que ocurre cuando tienes miedo o estas triste o enfadado? En vez de olvidar buscas razones para justificar tu sentimiento, excavas y excavas y lo haces cada vez más profundo, y cuanto más profundo peor te sientes y el que más pierde eres tú mismo. Mi prima se enfadó con una amiga pero ésta al darse cuenta de que no se había portado bien le pidió disculpas, en cambio mi prima seguía dándole vueltas a que su amiga se había portado muy mal con ella, y se negaba a perdonarla sin darse cuenta que la única que sufría era ella pues estaba perdiendo la amistad de su amiga que había sido más humilde que ella reconociendo que se había equivocado. Mi prima se estaba dejando llevar por las emociones y éstas la estaban dominando.
Las emociones también influyen en la salud. La Organización Mundial de la Salud define la salud como “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades“. Para estar sano no solo tiene que haber ausencia de enfermedad sino también un bienestar mental y social, en estos dos aspectos son en los que influyen las emociones, ya que si nos sentimos bien mentalmente nos será más fácil tener buenas relaciones sociales. Algunas emociones pueden ocasionar ciertos trastornos:
            La ira fundamentalmente genera problemas en el corazón.
El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la persona.
La depresión es una emoción que afecta al estado anímico, a la manera de pensar y de concebir la realidad.
            La ansiedad está asociada a preocupaciones excesivas.
Además si no podemos controlar bien las emociones es aconsejable no tomar decisiones en “caliente”, cuando acabamos de enfadarnos con alguien, cuando nos hayamos enterado de algo malo…, es preferible esperar y ver por qué ha ocurrido eso, qué puedes hacer y sus consecuencias, porque si reaccionas sin pensar, obcecado en las emociones que te rodean en ese momento luego te puedes arrepentir de lo que hagas o digas. Hay gente que piensa que es mejor dejarse llevar por las emociones, a este impulso ante una situación se le denomina carácter, ya que piensan que no pueden o no tienen porque controlarlo, pero esto no es cierto, porque esos impulsos pueden causar dolor a otras personas.
En mi opinión debemos intentar controlar las emociones, aunque esto claramente resulta muy difícil, pero si lo conseguimos, por pocas veces que sea, estaremos siendo un poco más libres al no estar influenciados por ellas, además de que las emociones malas solo nos producirán malestar, siendo que con esfuerzo tal vez podríamos evitarlo, y también creo que no debemos precipitarnos en nuestras decisiones, sino recapacitar sobre ellas y ver cual es la mejor manera de actuar, así habremos conseguido que las emociones no nos dominen.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Algo cotidiano.

No se si alguien se ha parado a pensar la cantidad de mentiras que ha dicho a lo largo de su vida, es que son tantas que me parece que es imposible contarlas. Pero ¿por qué mentimos tanto? ¿Es que es necesaria la mentira?
A veces, si es necesaria cuando no queremos preocupar a alguien pero en realidad la mayoría de las veces mentimos es para protegernos nosotros mismo, para no asumir nuestras responsabilidades, mentimos sin necesidad.
Esas mentiras que utilizamos para proteger a otros son las conocidas como mentiras piadosas, las cuales no buscan herir a nadie sino ocultar la realidad para no hacer daño, pero algunas personas se preguntan si estas mentiras al fin y al cabo no son como las demás.
Para mentir no es necesario utilizar la palabra sino simplemente simular algo, fingir, porque aunque no utilices palabras estas realizando la misma acción, eludiendo la realidad.
En ocasiones se miente con un propósito humorístico, más comúnmente conocido como bromear, y aunque algunas personas lo consideras mal como el resto de las mentiras otras no les dan importancia, como pasa con las mentiras piadosas, porque realmente no buscan perjudicar a nadie ni hacer mal.
El tipo más grave de mentira es la calumnia, ya que con esto se imputa siempre a algún inocente una falta no cometida, esta es la peor porque en ella se busca claramente hacer el mal a otra persona, ya sea por envidia, venganza, diversión…
Además mintiendo lo único que conseguiremos es que si alguien nos descubre en nuestra mentira ya la gente desconfié siempre de nosotros, porque al final la mayoría de las mentiras que hagamos nos acabaran afectando.
También existen mentiras asociadas a enfermedades psicológicas, pero a estas personas no se las puede juzgar igual que a las demás debido a este problema.
Debemos tener cuidado con las mentiras porque ellas pueden perseguirnos durante mucho tiempo y si además nosotros las vamos aumentando al final la mentira se puede convertir en nuestra realidad, como pasa con muchos niños a los que sus padres les cuentan una mentira, ya sea para asustarlos y que les hagan caso o  para hacerles creer más importantes que los demás, mentira que si con el paso del tiempo se va creciendo puede conseguir confundir al niño para el resto de su vida.
El cuento que aparece a continuación cuenta la historia de un muchacho que mintió para divertirse y en el se ve claramente como le acaba afectando su mentira:
Érase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo cuidando sus ovejas y, como muchas veces se aburría mientras las veía pastar, pensaba cosas que hacer para divertirse.
Un día, decidió que sería buena idea divertirse a costa de la gente del pueblo que había por allí cerca. Se acercó y empezó a gritar:
- ¡Socorro! ¡El lobo! ¡Que viene el lobo!
La gente del pueblo cogió lo que tenía a mano y corriendo fueron a auxiliar al pobre pastorcito que pedía auxilio, pero cuando llegaron, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor. Y se enfadaron.

Cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que pensó en repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:
- ¡Socorro! ¡El lobo! ¡Que viene el lobo!
Las gentes del pueblo, en volverlo a oír, empezó a correr otra vez pensando que esta vez si que se había presentado el lobo, y realmente les estaba pidiendo ayuda. Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riendo de ver como los aldeanos habían vuelto a auxiliarlo. Esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon terriblemente enojados.
A la mañana siguiente, el pastor volvió a pastar con sus ovejas en el mismo campo. Aún reía cuando recordaba correr a los aldeanos. Pero no contó que, ese mismo día, si vio acercarse el lobo. El miedo le invadió el cuerpo y, al ver que se acercaba cada vez más, empezó a gritar:
- ¡Socorro! ¡El lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Se va a comer todas mis ovejas! ¡Auxilio!
Pero esta vez los aldeanos, habiendo aprendido la lección el día anterior, hicieron oídos sordos.

El pastorcillo vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, y chilló cada vez más desesperado:
- ¡Socorro! ¡El lobo! ¡El lobo! - pero los aldeanos continuaron sin hacer caso.
Es así, como el pastorcillo vio como el lobo se comía unas cuantas ovejas y se llevaba otras para la cena, sin poder hacer nada. Y se arrepintió en lo más profundo de la broma que hizo el día anterior

Lo que ocurre en el cuento es algo que puede pasarle a cualquier persona que cuente una mentira, que la gente ya no confíe en ella.
Creo que todos deberíamos intentar no mentir, aunque sinceramente creo que eso es muy difícil, porque todos, y yo la primera, hemos mentido alguna vez de pequeños a nuestras madre cuando hemos hecho algo mal para no llevarnos una regañina, aunque la mayoría cuando crecen siguen mintiendo, y de pequeños se ve algo más lógico porque la mentira se realiza cuando no asumimos nuestras responsabilidades y las consecuencias de nuestros actos, y que un niño haga eso es más normal pero un adulto… debería ser responsable. Lo malo es coger la mentira como ámbito normal y también pienso que las mentiras que afecten a otros son las peores.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Algo vital.

La relación es una función vital que debemos llevar acabo todos los seres vivos para sobrevivir, debido a esto los seres humanos vivimos en sociedad, en la que aprendemos unas creencias, una normas básicas…, pero dentro de esta sociedad hay diferentes grupos: el laboral, en el que nos relacionamos con nuestro jefe y nuestros compañeros de trabajo; el familiar, en el que nos relacionamos con nuestros padres, hermanos, abuelos… y aparece otro que durante mucho tiempo a hecho reflexionar al ser humano: la amistar, pero yo me pregunto ¿es realmente necesaria la amistad?
Si, es necesaria, porque todo el mundo necesitamos a alguna persona en la que podamos confiar y a la que podamos contarle nuestras preocupaciones y alegrías sin tener que pensar en sí se lo contará a alguien.
Aristóteles defendía tres tipos de amistad:
La de interés: en la que una persona busca la amistad para conseguir algo a cambio. Ej. Un vendedor de coches crea una amistad con un cliente para venderle el coche, en cuanto consiga esto la amistad desaparecerá.
La de placer: en la que se busca obtener un placer que puede proporcionar una persona, en vez de la compañía de esta. Ej. Dos personas que se llaman para ir a fiestas, estas buscan el placer que pueden obtener de la fiesta y no la compañía de la otra persona.
Y por último la de bien: es la verdadera amistad, las otras dos no se pueden considerar amistades verdaderas, porque en esta lo que se busca es obtener bien de la otra persona y proporcionarle a ella bien.
El grupo que se forma por la amistad es el grupo de amigos, formado por gente con la que te sientes integrada y querida y en el que sabes que te puedes expresar libremente porque ellos ya te conocen y no se van a enfadar por algo que digas, porque te quieren porque conocen tus virtudes, y más importante, tus defectos. Hay un proverbio turco que dice que “quien busaca un amigo sin defectos se queda sin amigos”, porque a un amigo hay que quererlo con todo y aceptarlo en lo bueno y en lo malo.
Si te das cuenta siempre estamos rodeados de gente que dicen ser nuestros amigos y en los momentos buenos hay mucha gente pero la mayoría desaparece cuando tienes un problema y los únicos que quedan son tus verdaderos amigos.
            Solo ante el peligro se conoce al verdadero amigo.  Cicerón.
La amistad es algo sobre lo que el hombre siempre se ha preguntado muchas cosas y sabios y pensadores de todo la historia la han exaltado. También ha sido muy utilizada en la literatura, el cine, la televisión, el teatro… por lo que han aparecido personajes como Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson, los tres mosqueteros…
Estas son dos historias que tratan sobre la amistad:

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
Hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
Hoy, mi mejor amigo me salvo la vida.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.


Con esto lo que quiero decir es que los amigos se tienen que enfadar de vez en cuando, tienen que discutir, porque eso no es malo, pero lo más importante es que después deben perdonarse y hacer las paces.

Había una vez un muchacho quien tenía un mal temperamento.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera su temperamento, él debería clavar uno en la parte de atrás de la cerca.
El primer día el muchacho había puesto 37 clavos en la cerca.
En las siguientes semanas, así como iba aprendiendo a controlar su ira el número de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho no perdió su temperamento para nada.
Le dijo a su padre acerca de esto y él le sugirió que ahora fuera quitando un clavo por cada día en el que era capaz de controlarse.
Los días pasaron y el muchacho finalmente fue capaz de decirle a su Padre que había quitado todos los clavos.
El padre tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
"Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos en la cerca. La cerca nunca volverá a ser la misma.
Cuando dijiste cosas enojadas, ellas dejaron una cicatriz como ésta.
Tú puedes ponerle un cuchillo a un hombre y cortarlo No importa cuantas veces digas lo siento, la herida seguirá ahí".
Una herida verbal es tan mala como una física.
Efectivamente, los amigos son joyas muy raras.
Ellos te hacen reír y te alientan para que tengas éxito.
Te prestan atención, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrir su corazón a nosotros.

La amistad no hay que buscarla, ella llega cuando debe, porque la amistad puede surgir en el momento en que nos presentan a una persona o con el paso del tiempo, en el que conocemos a esa persona. Pero aunque no hay que buscarla tampoco hay que espantarla portándonos y contestando mal a los demás, porque entonces nadie querrá ser tú amigo.
Así que en mi opinión la amistad es necesaria, la amistad de bien, que es la que realmente necesitamos.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Libertad de los seres humanos

Todos los seres humanos somos libres, y esta es una cualidad que nos diferencia del resto de seres vivos, pero ¿somos conscientes de esta libertad y la responsabilidad que conlleva?
Por una parte somos conscientes de la existencia de nuestra libertad porque podemos decidir que hacer en una situación, y no como ciertos animales que no eligen, simplemente reaccionan ante un estímulo, pero la mayoría no somos conscientes de la responsabilidad que conlleva, pues no pensamos en las consecuencias de nuestros actos, si afectará a otros, o como les afectará.
Aunque ahora se opina que todos tenemos los mismos derechos y las mismas libertades en realidad estos no es así, y no ha sido así nunca. La historia nos demuestra que siempre ha habido gente dominando a otros, desde la prehistoria hasta nuestros días, pero esto en realidad es algo necesario, porque por muy libres que seamos necesitamos que alguien nos guíe, y eso no es malo, lo malo viene cuando esa gente aprovechándose de su importancia y poder, le quita de cierto modo la libertad a los demás. Un ejemplo de esto es la Revolución Francesa, en la que se aprecia que debido a la clara superioridad del rey sobre el pueblo el soberano se permitía vivir con toda clase de lujos mientras que el pueblo moría de hambre, pero aquí apareció la libertad del pueblo que decidió revelarse.
También al no responsabilizarnos de nuestros actos llevamos acabo acciones que pueden perjudicar gravemente a otros, cuando una persona mata, viola, roba…está hiriendo directamente a otros, esto es algo negativo que nos diferencia de los animales, ellos matan por necesidad y no por placer, al igual que si roban.
Por otra parte esta libertad es la que nos permite progresar y evolucionar, al no actuar por instintos muchas veces nos preguntamos sobre decisiones y acciones y es lo que nos permite descubrir cosas para mejorar nuestra vida; sin embargo, muchas veces para avanzar afectamos a la naturaleza, contaminando, talando árboles… Pero si realmente somos conscientes de nuestros actos debemos darnos cuenta de que esto nos acabará afectando a nosotros y a las generaciones futuras.
Yo pienso que la libertad es algo único y que debemos utilizar adecuadamente, que alguien debe dirigirnos, porque al ser tantas personas esto ya no sería libertad sino libertinaje, pero estos dirigentes deben ser elegidos libremente por el resto de la gente y no deben aprovecharse de su poder, que debemos tener empatía y pensar en los demás antes de realizar una acción y que al ser seres libres e inteligentes debemos avanzar continuamente pero sin la necesidad de destruir nuestro planeta. Porque la mayoría podemos prever las consecuencias de nuestros actos, y al vivir en sociedad debemos tenerlas muy en cuenta, porque todo nos afecta a todos.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español.
La libertad es un don que debemos aprovechar por lo que no debemos nunca quedarnos quietos.
 


Fuentes: libro de texto de Educación ético-cívica

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tal como somos.

Si observamos diariamente a todo el mundo que nos rodea nos daremos cuenta que la mayoría tiene actitudes muy diferentes dependiendo del momento, y esto me lleva a preguntarme: ¿alguien se muestra siempre tal y como es?
No, todos en algún momento hemos fingido ser otra persona, comportándonos de forma diferente a como somos.
Una de las razones por las que fingimos es el miedo al rechazo, a no gustar a los demás si nos mostramos como somos, miedo a la soledad, a no ser aceptado y quedarnos solos.
Debido a esto para ser nosotros mismos es fundamental la amistad, estar rodeado de ese grupo de personas que sabes que te conoce perfectamente y que nunca te rechazarán, porque te quieren tal y como eres.
Otro grupo en el que te muestras totalmente es en tu familia, es el grupo en el que más libre te sientes y en el que nunca has tenido que fingir, porque nadie, nadie, te conoce mejor que la propia familia.
También podemos fingir para conseguir algo, podemos ser falsos con una persona para sacar un beneficio de ella, y aunque esa persona nos considere su amigo, en realidad no lo somos y la estaremos engañando.
Creo que todos deberíamos mostrarnos como somos siempre porque la gente con la que estemos debe de querernos como somos, porque no se puede estar fingiendo eternamente, y tarde o temprano nos cansaremos y los demás nos conocerán de verdad. Por otra parte, en el caso de fingir para obtener algún beneficio estaremos engañando a personas que nos consideran sus amigos y se llevarán una gran desilusión cuando una vez obtenido lo que queramos cambiemos, por lo que pienso que también debemos pensar en los demás y tener un poco de empatía.

sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Bien o mal?

¿Quién es el responsable de decidir lo que está mal y lo que está bien?
Nadie es el responsable, porque lo que para una persona es bueno para otra es malo, nunca podrá coincidir todo el mundo en una respuesta para esta pregunta.
El bien se considera todo aquello que favorece a lograr algo que queremos, aunque sea malo para otras personas, ya que para éstas, las acciones que utilicemos serán malas.
Se considera que el bien puede ser de dos tipos: relativo y absoluto, porque el bien puede ser algo relativo a las circunstancias. Podemos actuar siempre con empatía para intentar hacer el bien a los demás, pero lo más seguro es que siempre haya alguien a quien le afecte y a quien le estemos haciendo daño, o podemos actuar bien con otros cuando sabemos que podemos obtener beneficio, sino, no, éste sería es caso del bien relativo.
Cada persona ve las cosas desde diferentes puntos de vista, y suele estar influenciado por la sociedad en la que se ha criado y la educación que ha recibido, por ejemplo, el canibalismo o la mutilación como método de castigo en nuestra sociedad, actualmente parece una barbaridad, sin embargo en tribus indígenas esto se considera normal, debido a su educación. Lo que para ellos es el bien para nosotros es totalmente el mal, y lo que nosotros castigamos ellos lo aplauden. También existen acciones como matar o violar que aunque son consideradas como mal en nuestra sociedad hay gente que las comete, pues esta gente no tiene empatía, y son castigadas por ello.
Por lo tanto la empatía tiene bastante que ver con el bien o el mal aunque es independiente de que la acción que decidamos tenga relación con lo que a nosotros nos gustaría.
Estos aspectos siempre han estado presentes en todas las sociedades, los judíos y los cristianos contemplan la historia del mundo como una lucha histórica entre el Bien y el Mal, o como una lucha entre Dios y Satanás.
En mi opinión es difícil decidir si algo esta bien o mal, ya que me parece algo subjetivo
y que antes de juzgar debemos conocer
bien todas las razones de un acto. Tú debes decidir
el camino adecuado.

Buscando el bien de nuestros semejantes
encontramos el nuestro. Platón



Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Bien_(filosof%C3%ADa)

domingo, 30 de octubre de 2011

Inocencia.


Esa visión que tiene los niños del mundo, esa forma tan crédula, alegre, imaginativa y en definitiva inocente de vivir la vida que con el tiempo vamos perdiendo.
Perdemos esa inocencia porque maduramos, nos convertimos en adulto, aunque esa inocencia no se debería perder del todo.
Cuando crecemos nos convertimos en personas más tristes y poco imaginativas, consecuencia de esa perdida de inocencia. Nos volvemos más incrédulas, necesitamos ver todo para creer. Creemos que lo sabemos todo y mayoritariamente por eso, porque las cosas nos interesan menos aprendemos más lento, menos cosas…
Debido a esa inocencia los niños apenas tiene maldad, aunque claro está que cada persona es de una forma, los niños no son malos, a diferencia que los adultos, que todo lo que aprenden día a día les enseña a portarse peor, desgraciadamente. Buscamos el interés y valoramos más de lo que se merece la apariencia de los demás, no como esos niños que sin conocerse de nada un día se encuentran en el parque y comienzan a jugar como si se conociesen de toda la vida.
Ellos desprenden mucha más alegría, no tiene preocupaciones, y si en algún momento las tuviesen las valorarían de forma diferente que nosotros, porque muchas veces eso que nos parece que es muy grave, que tiene importancia, no la tiene, no son más que tonterías que en realidad tiene una fácil solución.
Creo que debemos madurar pero sin perder esa magia, teniendo un ratito para volver a convertirnos en niños, aprender de ellos, porque madurar no debería suponer el abandono de responder con sinceridad, de aprender…. Déjate sorprender y aumentar tu curiosidad por las cosas, por las personas, por el mundo que nos rodea y, sobre todo, por la inocencia.
Este es un ejemplo de la inocencia que os hablo, de la capacidad para sorprenderse que tiene estos niños, y lo expresivos que son, porque no intentan ocultarlo, al contrario que los adultos que a veces reaccionan como si nada ante situaciones que son increíbles, pero no se sorprenden porque para los demás eso es normal, para que los demás no se den cuenta de que tú no lo conocías, pero puede que igual que tú haya otra mucha gente sorprendida escondiéndose, deseando expresar lo que sienten.

domingo, 23 de octubre de 2011

No somos nada

Esta vida está para vivirla porque en algún momento todo se acaba.
No somos nada, todos estamos a la misma distancia metafísica de morir, cuando nos llega el momento llega. Tanto una persona de 10 años como una de 80 pueden morir hoy, tal vez el hombre de ochenta tenga alguna enfermedad y por tanto más probabilidades, pero el niño de diez años también las tiene. Lo que importa es vivir cada momento como tu quieras respetando a los demás.
Mientras vivimos nuestra situación puede cambiar numerosas veces, podemos pasar de ser alguien a quien todos respetan, a alguien odiado por la multitud, como es el caso más reciente de Muamar el Gadafi. Él lo tenía todo hasta que un día las cosas cambiaron.
Tú puedes ir por la calle tan tranquilo sin haber dicho te quiero o sin haber hecho las paces con algún amigo pensando que habría tiempo después pero puede que justo en ese momento el tiempo se acabe.
Tal vez seas alguien recordado durante toda la historia y conocido por todo el mundo por tus logros, como es el caso de Aristóteles.
Pueden pasar muchas cosas pero lo que te va a pasar a ti, no lo sabe nadie, si serás odiado, amado, idolatrado...
No debemos tener miedo a la muerte porque es algo que acaba ocurriéndonos a todos, es algo natural. Lo que importa es que hayamos sabido vivir la vida tal y como nosotros queríamos, para después, cuando ya no haya tiempo, no arrepentirnos.
En ocasiones necesitamos que pase algo para aprender a apreciar la vida, necesitamos algo que nos saque de la rutina y nos haga pensar en lo que está pasando, y esto me parece una pena, que no apreciemos la vida, que la vivamos sin pensar en nada.
En mi opinión debemos aprovechar cada momento al máximo, compartiendo esta vida con la gente que queremos, siendo conscientes de que habrá momentos buenos y momentos malos, y sabiendo que debemos aprovecharlos todos.
Duerme con el pensamiento de la muerte y levántate con el pensamiento de que la vida es corta. Disfrútala.

domingo, 16 de octubre de 2011

El destino.


El destino es el desarrollo de los acontecimientos que se consideran irremediables y no se pueden cambiar.
Durante siglos el ser humano se ha hecho numerosas preguntas sobre este tema, ¿de verdad existe?, ¿esta marcado?, ¿podemos cambiarlo?... De todas estas preguntas se pueden sacar muchas otras porque si el destino ya está marcado por qué estar pensando como actuar en cada momento, que decir, que hacer, en vez de dejarnos llevar por eso mismo, el destino, por esa historia ya escrita en la que nosotros un día empezamos a participar. Desde que una persona se hace esta pregunta también piensa: ¿se puede cambiar?, y si intento cambiarlo, ¿ese cambio ya estaba marcado o no? Cuando vamos de viaje en cualquier medio de transporte y ocurre un accidente, hay personas que fallecen y otras apenas tienen unos rasguños, se supone que era el destino de cada una de ellas, porque inconscientemente realizas ese viaje. Pero si se pierde el autobús, tren, avión… y luego ocurre el accidente ¿era su destino perderlo?
Yo creo que sí, que era su destino o la suerte, pero que en el fondo ambas cosas son la misma, si tu destino es como tu quieres se dice que tienes suerte pero cuando este se tuerce tu suerte a cambiado. Este tema también ha inspirado desde siempre a numerosos directores de cine, teatro, escritores, filósofos... Muchas leyendas y cuentos griegos enseñan la inutilidad de afrontar un destino irremediable que se ha predicho correctamente mediante oráculos, augurios, vaticinios o profecías. Desde un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser modificado de ninguna manera. Los griegos lo consideraban una fuerza superior no solo a los hombres sino incluso a los mismos dioses. 
Así que toma decisiones, vive y se feliz, que cuando las cosas tengan que ir mal, el destino lo decidirá


Citas célebres sobre el destino:
“El hombre puede dirigirse donde quiera, puede emprender lo que desee; pero siempre volverá al camino que le fijó un día la naturaleza”      
Göethe 
"El destino baraja las cartas, nosotros las jugamos."    
José Stalin