sábado, 26 de noviembre de 2011

Algo vital.

La relación es una función vital que debemos llevar acabo todos los seres vivos para sobrevivir, debido a esto los seres humanos vivimos en sociedad, en la que aprendemos unas creencias, una normas básicas…, pero dentro de esta sociedad hay diferentes grupos: el laboral, en el que nos relacionamos con nuestro jefe y nuestros compañeros de trabajo; el familiar, en el que nos relacionamos con nuestros padres, hermanos, abuelos… y aparece otro que durante mucho tiempo a hecho reflexionar al ser humano: la amistar, pero yo me pregunto ¿es realmente necesaria la amistad?
Si, es necesaria, porque todo el mundo necesitamos a alguna persona en la que podamos confiar y a la que podamos contarle nuestras preocupaciones y alegrías sin tener que pensar en sí se lo contará a alguien.
Aristóteles defendía tres tipos de amistad:
La de interés: en la que una persona busca la amistad para conseguir algo a cambio. Ej. Un vendedor de coches crea una amistad con un cliente para venderle el coche, en cuanto consiga esto la amistad desaparecerá.
La de placer: en la que se busca obtener un placer que puede proporcionar una persona, en vez de la compañía de esta. Ej. Dos personas que se llaman para ir a fiestas, estas buscan el placer que pueden obtener de la fiesta y no la compañía de la otra persona.
Y por último la de bien: es la verdadera amistad, las otras dos no se pueden considerar amistades verdaderas, porque en esta lo que se busca es obtener bien de la otra persona y proporcionarle a ella bien.
El grupo que se forma por la amistad es el grupo de amigos, formado por gente con la que te sientes integrada y querida y en el que sabes que te puedes expresar libremente porque ellos ya te conocen y no se van a enfadar por algo que digas, porque te quieren porque conocen tus virtudes, y más importante, tus defectos. Hay un proverbio turco que dice que “quien busaca un amigo sin defectos se queda sin amigos”, porque a un amigo hay que quererlo con todo y aceptarlo en lo bueno y en lo malo.
Si te das cuenta siempre estamos rodeados de gente que dicen ser nuestros amigos y en los momentos buenos hay mucha gente pero la mayoría desaparece cuando tienes un problema y los únicos que quedan son tus verdaderos amigos.
            Solo ante el peligro se conoce al verdadero amigo.  Cicerón.
La amistad es algo sobre lo que el hombre siempre se ha preguntado muchas cosas y sabios y pensadores de todo la historia la han exaltado. También ha sido muy utilizada en la literatura, el cine, la televisión, el teatro… por lo que han aparecido personajes como Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson, los tres mosqueteros…
Estas son dos historias que tratan sobre la amistad:

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
Hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
Hoy, mi mejor amigo me salvo la vida.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.


Con esto lo que quiero decir es que los amigos se tienen que enfadar de vez en cuando, tienen que discutir, porque eso no es malo, pero lo más importante es que después deben perdonarse y hacer las paces.

Había una vez un muchacho quien tenía un mal temperamento.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera su temperamento, él debería clavar uno en la parte de atrás de la cerca.
El primer día el muchacho había puesto 37 clavos en la cerca.
En las siguientes semanas, así como iba aprendiendo a controlar su ira el número de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho no perdió su temperamento para nada.
Le dijo a su padre acerca de esto y él le sugirió que ahora fuera quitando un clavo por cada día en el que era capaz de controlarse.
Los días pasaron y el muchacho finalmente fue capaz de decirle a su Padre que había quitado todos los clavos.
El padre tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
"Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos en la cerca. La cerca nunca volverá a ser la misma.
Cuando dijiste cosas enojadas, ellas dejaron una cicatriz como ésta.
Tú puedes ponerle un cuchillo a un hombre y cortarlo No importa cuantas veces digas lo siento, la herida seguirá ahí".
Una herida verbal es tan mala como una física.
Efectivamente, los amigos son joyas muy raras.
Ellos te hacen reír y te alientan para que tengas éxito.
Te prestan atención, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrir su corazón a nosotros.

La amistad no hay que buscarla, ella llega cuando debe, porque la amistad puede surgir en el momento en que nos presentan a una persona o con el paso del tiempo, en el que conocemos a esa persona. Pero aunque no hay que buscarla tampoco hay que espantarla portándonos y contestando mal a los demás, porque entonces nadie querrá ser tú amigo.
Así que en mi opinión la amistad es necesaria, la amistad de bien, que es la que realmente necesitamos.


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