domingo, 30 de octubre de 2011

Inocencia.


Esa visión que tiene los niños del mundo, esa forma tan crédula, alegre, imaginativa y en definitiva inocente de vivir la vida que con el tiempo vamos perdiendo.
Perdemos esa inocencia porque maduramos, nos convertimos en adulto, aunque esa inocencia no se debería perder del todo.
Cuando crecemos nos convertimos en personas más tristes y poco imaginativas, consecuencia de esa perdida de inocencia. Nos volvemos más incrédulas, necesitamos ver todo para creer. Creemos que lo sabemos todo y mayoritariamente por eso, porque las cosas nos interesan menos aprendemos más lento, menos cosas…
Debido a esa inocencia los niños apenas tiene maldad, aunque claro está que cada persona es de una forma, los niños no son malos, a diferencia que los adultos, que todo lo que aprenden día a día les enseña a portarse peor, desgraciadamente. Buscamos el interés y valoramos más de lo que se merece la apariencia de los demás, no como esos niños que sin conocerse de nada un día se encuentran en el parque y comienzan a jugar como si se conociesen de toda la vida.
Ellos desprenden mucha más alegría, no tiene preocupaciones, y si en algún momento las tuviesen las valorarían de forma diferente que nosotros, porque muchas veces eso que nos parece que es muy grave, que tiene importancia, no la tiene, no son más que tonterías que en realidad tiene una fácil solución.
Creo que debemos madurar pero sin perder esa magia, teniendo un ratito para volver a convertirnos en niños, aprender de ellos, porque madurar no debería suponer el abandono de responder con sinceridad, de aprender…. Déjate sorprender y aumentar tu curiosidad por las cosas, por las personas, por el mundo que nos rodea y, sobre todo, por la inocencia.
Este es un ejemplo de la inocencia que os hablo, de la capacidad para sorprenderse que tiene estos niños, y lo expresivos que son, porque no intentan ocultarlo, al contrario que los adultos que a veces reaccionan como si nada ante situaciones que son increíbles, pero no se sorprenden porque para los demás eso es normal, para que los demás no se den cuenta de que tú no lo conocías, pero puede que igual que tú haya otra mucha gente sorprendida escondiéndose, deseando expresar lo que sienten.

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